Desde el siglo XVII hasta fines del XVIII el actual
territorio chiapaneco estuvo dividido en dos provincias: la Alcaldía Mayor de
Ciudad Real y la Gobernación de Soconusco. En 1764 se creó una más, la Alcaldía
Mayor de Tuxtla. Las tres eran circunscripciones del Reino de Guatemala, a su
vez nominalmente dependiente del Virreinato de la Nueva España. Al implantarse parcialmente el régimen de
Intendencias en el Reino de Guatemala, Ciudad Real, Soconusco y Tuxtla fueron
fusionadas en la Intendencia de Ciudad Real de Chiapas, cuya capital era la
población de ese mismo nombre. Fundada en 1528 por Diego de Mazariegos, llevó
sucesivamente los nombres de Villa Real, Villa Viciosa, San Cristóbal de los
Llanos y Ciudad Real (hoy San Cristóbal de las Casas).
De
acuerdo con la descripción del presbítero Domingo Juarros en su Compendio de la
Historia del Reino de Guatemala, la Intendencia tenía 69.253 habitantes en 1800
y se dividía en tres partidos:
Ciudad Real, con 40.277 habitantes, una ciudad (Ciudad Real con 3.333
habitantes), la villa de San Fernando de Guadalupe ahora Salto de Agua y 56
pueblos de indígenas, entre ellos los de San Bartolomé de los Llanos hoy en día
Venustiano Carranza (7.410 habitantes), Santo Domingo Comitán (6.815
habitantes), San Juan Chamula (con más de 6.000 habitantes), San Juan Ocosingo
(3.000 habitantes), Santo Domingo Sinacantán (2.000 habitantes) y Santo Domingo
Palenque. Tuxtla, con 19.983 habitantes distribuidos en 33 pueblos, entre ellos
la cabecera Tuxtla (4.280 habitantes), Tecpatán (2.290 habitantes) y Chiapa de
Indios (1.568 habitantes). Soconusco, con 9.078 habitantes distribuidos
en 20 pueblos, el principal de los cuales era Tapachula con 2.000 habitantes.
El pueblo de Santo Domingo Escuintla, que había sido cabecera del partido y
antes de la gobernación de Soconusco, fue arrasado en 1794 por un ciclón que
destruyó los cacaotales e hizo menguar drásticamente el vecindario y el
comercio de la población.
Con la
promulgación de la Constitución de Cádiz en 1812, la Intendencia de Ciudad Real
quedó incorporada a la Provincia de Guatemala, aunque ésta fue disuelta en 1814
cuando se restableció el absolutismo y se regresó a la situación anterior. En
1820 se restauró el régimen constitucional y nuevamente la Intendencia pasó a
ser parte de la Provincia de Guatemala. En 1821, las Cortes españolas erigieron
todas las Intendencias en Provincias, lo cual le dio derecho a la nueva
Provincia de Ciudad Real de Chiapas a tener un Jefe Político Superior propio y
una Diputación Provincial de siete miembros. Cuando la reciente provincia
apenas se estaba organizando se produjo la independencia de México, que fue
apoyada con entusiasmo por algunos ayuntamientos chiapanecos. La provincia se
anexó al naciente Primer Imperio Mexicano de Agustín I, pero a la caída de éste
las provincias del antiguo Reino de Guatemala decidieron separarse de México.
Este movimiento provocó una fuerte división en Chiapas, por lo que se llevó a
cabo un plebiscito que dio como resultado que 96.829 habitantes se pronunciaron
por integrarse a México y 60.400 a la naciente República Federal de
Centroamérica, en tanto que 15.724 se manifestaron neutrales. La incorporación
a México se hizo efectiva con respecto a los partidos de Ciudad Real y Tuxtla
el 14 de septiembre de 1824, mientras que Soconusco quedó en una situación
indefinida hasta 1842, año en que México lo anexó a pesar de las protestas de
Guatemala. La disputa limítrofe se prolongó hasta 1882, cuando se definió la
actual frontera mediante el Tratado Herrera-Mariscal. El estallido social desencadenado
por la Revolución mexicana de 1910 no alcanzó al estado. Los principales
terratenientes se coaligaron para proteger el sistema feudal de la finca y los
privilegios de las minorías dominantes, en detrimento de los indígenas y
mestizos. Así, las tropas revolucionarias de Venustiano Carranza fueron
repelidas por el ejército de los latifundistas, conocido como ejército
mapache.
Al finalizar la Revolución los terratenientes chiapanecos suscribieron un pacto de
gobernabilidad con el nuevo gobierno mexicano a cambio de que se mantuvieran
sus privilegios. De este modo las reformas implementadas por los gobiernos
post-revolucionarios tuvieron un impacto mucho menor en Chiapas. Durante las
décadas siguientes este estado de cosas repercutió en el bajo desarrollo
económico de esta parte del país. Las élites locales se volvieron simples
latifundistas agropecuarios, cuyas pequeñas fortunas no podían rivalizar con
las de los industriales en el norte del país.
Por otra parte, Chiapas siguió
excluida de los avances en materia de respeto a los grupos étnicos y, en
general, a las minorías, que en el resto del país se fueron alcanzando a lo
largo del siglo XX. La pobreza acumulada, aunada a estas carencias en cuanto al
respeto a las minorías indígenas, fue el caldo de cultivo para el levantamiento
armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de
1994.
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